Después de varios años de formación en cocina y gastronomía, se puede decir que he aprendido a cocinar de una forma «tradicional». Pero yo, que soy una persona bastante curiosa, siempre me andaba preguntando los porqués de las cosas e intentaba sugerir otras formas de hacerlas pensando en ahorrar tiempo, costes, mejorar el sabor, la calidad nutritiva… Normalmente, las respuestas eran: «esto se hace así porque sí», «el “chup-chup” hace que la comida sepa mucho mejor», «las ollas rápidas son un peligro», «usar el microondas no es cocinar», etc.
¿Es la cocina «tradicional» la mejor?
Siempre me cuestioné si de verdad tenían razón o simplemente no querían complicarse. Aunque también hay que decir que cocinar en casa no tiene nada que ver con cocinar en un restaurante (que es lo que se enseña en las escuelas de cocina) por el gran volumen de personas y la gestión que ello exige. Así que, sin entrar a discutir en qué deben hacer las escuelas, tras mi experiencia personal, hoy día puedo decir que en casa es posible sacar partido a otras formas de cocinar.
Si me diesen a escoger entre cocinar de forma tradicional o de forma moderna (y por «moderna» no me refiero a cocina de vanguardia), siempre me decantaría por la moderna y, a ser posible, actualizarme cada día para reducir cada vez más el tiempo de cocinado y el consumo energético, e incrementar la calidad nutritiva de los alimentos, que son las principales ventajas de la cocina moderna y los objetivos de todas las recetas y consejos de este blog.
¿Y qué es la cocina «moderna» para mí?
Cuando hablo de «cocina moderna» me refiero a utilizar los útiles y maquinarias actuales, como pueden ser la olla rápida o el microondas, y sacarles todo el partido y rendimiento que pueden ofrecer para elaborar platos deliciosos en el menor tiempo posible y con todas las propiedades nutritivas de los alimentos conservadas. En definitiva, mejorar en todos los aspectos. Con un ejemplo se explica mejor: cocer un huevo para incorporarlo picado a una ensaladilla. Podemos hacerlo en tan solo 5 minutos en el microondas y sin agua, frente a los casi 20 minutos que, entre hervir el agua y cocer el huevo, nos llevaría en el fogón.
Otro ejemplo: podemos cocer las verduras para una ensaladilla rusa en agua hirviendo, con la consiguiente pérdida de vitaminas y otros nutrientes, o podemos hacerlo en el microondas sin pérdida ninguna de nutrientes y en menor tiempo, con menor riesgo de quemaduras al no utilizar agua hirviendo, etc.
Por tanto, ante las respuestas «esto se hace así porque sí», «el “chup-chup” hace que la comida sepa mucho mejor», «las ollas rápidas son un peligro», «usar el microondas no es cocinar», etc., yo digo ahorro, rapidez, nutrición… En definitiva, evolución y mejora.
En este blog intentaré que todos estos conceptos estén siempre presentes, con recetas y trucos que nos permitan evolucionar y mejorar, ahorrar tiempo y dinero, y comer más sano. Y para ello, tanto la olla rápida como el microondas serán herramientas fundamentales, entre otras.
Espero que os guste y que sigáis leyendo mis entradas nuevas y las ya publicadas. Recordad que podéis contactarme a través de los comentarios y suscribiros para recibir puntualmente las nuevas entradas. También podéis seguirme en las redes sociales (Facebook, Twitter y YouTube).
