Hoy quiero compartir con vosotros un pequeño truco o consejo de cocina para aprovechar los limones al máximo. Es muy sencillo y lógico. Sin embargo, muchas veces, en nuestro día a día, no nos damos cuenta de las cosas más evidentes; y si alguien, en algún momento, se da cuenta de ellas, ¿por qué no compartirlas? Ese es el objetivo de este blog, así que voy a compartir con vosotros todos aquellos trucos que a mí me resultan útiles en mi día a día, por tontos que puedan parecer.
El porqué de este truco.
Los aficionados a la repostería (y me refiero a elaborarla, no a comerla, que a eso somo aficionados casi todos) saben perfectamente la gran cantidad de recetas que tienen entre sus ingredientes el limón, ya sea utilizando su zumo o su corteza, tanto en trozos como rallada. Por ejemplo: prácticamente todos los bizcochos pueden llevar ralladura de limón, mientras que la corteza se suele utilizar para aromatizar la leche con la que se elaboran postres como el arroz con leche. También hay muchos platos salados que emplean limón (especialmente para elaborar salsas, marinados o aderezos), al igual que infusiones, cócteles o refrescos.
Pues bien, cada una de las innumerables veces que hemos hecho alguna de esas recetas y hemos utilizado la parte del limón que nos interesa, ¿qué ha pasado con el resto? Unas veces lo hemos tirado directamente a la basura; otras veces, cuando nos hemos sentido demasiado culpables, lo hemos guardado en la nevera con la intención de aprovecharlo para otras cosas… aunque al final también hemos acabado tirándolo porque ha llegado a pudrirse. ¿No os ha ocurrido? A mí, al menos, sí. Otras veces es incluso peor: tenemos todo listo para hacer el plato y… ¡oh, sorpresa!, no tenemos limón, o el que tenemos lleva meses en la nevera y ya está enmohecido, y no nos apetece ir a comprar más o simplemente no podemos por ser domingo… En fin, que puede haber un buen número de motivos por los que el limón puede ser el gran olvidado de nuestra nevera o el ingrediente menos aprovechado.
El truco para aprovechar los limones al máximo.
Hay una forma rápida y sencilla que nos va a permitir evitar todas y cada una de estas situaciones: usar el congelador. Estos son los pasos, muy sencillos:
- Comprar varios limones, lavarlos y secarlos bien.
- De una parte de ellos, obtener la ralladura. Del resto, obtener la corteza en tiras, ya sea con un cuchillo o, mejor aún, con un pelador (recordad que no debe llegarse a extraer la parte blanca del limón, ya que da un sabor muy amargo). La proporción dependerá de qué utilicemos más habitualmente en nuestras preparaciones. Si no tenemos preferencia, la mitad de los limones para ralladura y la otra mitad para corteza.
- Exprimir todos los limones de los que ya hemos aprovechado la piel.
- Guardar toda la ralladura en una bolsa de congelación, y toda la corteza en otra. Que sean bolsas con cierre zip, ya que son más herméticas y van a permitir una mejor conservación, tanto de la propia piel del limón como de su aroma. Antes de cerrarlas e introducirlas en el congelador, extraer todo el aire posible de su interior estrujándolas a la vez que cerramos el zip. De esta forma, mejora la conservación y las bolsas ocupan menos espacio en el congelador, donde ya podemos guardarlas.
- En cuanto al zumo, verterlo sobre cubiteras de hielo, cubrirlas por completo con papel film que quede bien pegado a la superficie, e introducir en el congelador. Pasadas unas horas, extraer los cubitos e introducirlos en otra bolsa zip de congelación. Antes de cerrarla, como en el caso anterior, extraer todo el aire posible, cerrar, y guardar en el congelador.

El resultado.
De esta manera tan sencilla, hemos conseguido tener limones siempre disponibles en sus múltiples variantes para utilizarlos siempre frescos en cualquier momento que los necesitemos, sin preocuparnos de si tendremos o no, y sin riesgo de que puedan estar podridos por el paso del tiempo. Además, ocupan muy poco espacio en el congelador y obtenemos un gran ahorro en tiempo y en limpieza, pues es mucho más eficiente rallar y exprimir varios limones de una sola vez que hacerlo uno por uno en momentos diferentes (manchamos y fregamos una sola vez, no varias).
Tanto la corteza como la ralladura las podemos usar directamente. En el caso del zumo en cubitos, podemos esperar a que se descongele o descongelarlo en el microondas como cualquier otro producto congelado. En cuanto a la cantidad de cubitos que debéis usar para una preparación, podéis medir qué volumen de líquido cabe en cada uno de los espacios de vuestra cubitera o, simplemente, tener en cuenta estas medidas aproximadas:
- 1 cubito = 1 cucharada = 15 ml
- 2 cubitos = zumo de ½ limón
- 4 cubitos = zumo de 1 limón
Otras opciones para aprovechar los limones al máximo.
Si todo esto os parece demasiado trabajo (que no lo es), también podéis mantener en la nevera las piezas enteras de fruta sin más que envolver cada unidad por separado en varias vueltas de papel film bien apretado y pegado a la pieza; de esta forma, durarán meses y os ahorraréis, al menos, encontraros con piezas podridas en la nevera. Se puede hacer lo mismo con los restos de una pieza ya usada, pero, en este caso, solo alargaremos su vida por unos días.
Además, todo esto se puede hacer también con otros cítricos, como naranjas, limas, etc.

Finalmente, dos consejos extra para aprovechar los limones al máximo:
– si os interesa más la corteza, escoged limones de piel gorda, ya que contienen más aroma;
– y si lo que os interesa es el zumo y vais a exprimir los limones directamente de la nevera, es mejor calentarlos antes en el microondas a media potencia durante 20-30 segundos; esto los ablandará un poco y será más fácil extraer su zumo.
Espero que estos consejos, aunque muy sencillos, os hayan parecido FETÉN y que sirvan para facilitaros el día a día en la cocina tanto como me lo han facilitado a mí. Un abrazo y hasta un nuevo consejo o receta. ¡Saludos!
Enlace a Amazon: https://amzn.to/3xm4w0C
Espero que os guste y que sigáis leyendo mis entradas nuevas y las ya publicadas. Recordad que podéis contactarme a través de los comentarios y suscribiros para recibir puntualmente las nuevas entradas. También podéis seguirme en las redes sociales (Facebook, Twitter y YouTube).

Parece mentira la cantidad de usos que se le pueden dar a algo tan simple como un limón!!
Gracias por compartirlo con nosotros y así hacernos pensar en el partido que se le puede sacar a todo.
Un abrazo
¡Gracias, Belén! Claro, tenemos que intentar aprovechar al máximo los recursos y, al mismo tiempo, generar la menor cantidad posible de residuos. También en la cocina podemos ahorrar y ser ecológicos, y no solamente comprando productos «bio». 😀
¡Un abrazo!
Buena idea !
Sigue con tus buenos consejos !!!
Gracias, Pepi. A ver si los próximos son igual de buenos y os resultan también de utilidad.
¡¡Un abrazo!!
Que buenos consejos! Muy útiles, gracias.
¡Muchas gracias, Andrea! Ojalá te facilite el día a día, aunque sea con algo tan sencillo.
Un abrazo.
Muy buen consejo y muy práctico, gracias
Gracias a ti por el comentario. Espero que, si lo pones en práctica, te resulte realmente útil.
¡Un saludo!
Que buen consejo!!!! Gracias!!!
Gracias a ti, Rocío. Me alegro de que te haya parecido útil. ¡Y es muy fácil de poner en práctica!
¡Un saludo!