En anteriores entradas de la serie «Lo imprescindible para cocinar» (también llamada «No más “cacharros” en mi cocina»), hablé de la olla rápida como uno de los elementos esenciales. Hoy voy a hablar de otro que, junto con la olla rápida, forman las herramientas principales de lo que yo llamo «cocina moderna».
Se trata de «el calienta-vasos supercaro», «el monstruo que produce radiaciones», «el reseca platos», o también conocido como «el descongelador»… Es decir, el microondas.
¿Solo para calentar…? ¡No!, también puede ser imprescindible para cocinar.
Muchos de nosotros tenemos esta herramienta en casa y la usamos a diario, aunque la mayoría, para calentar el vasito de leche y poco más. Muchos otros se resisten a tenerlo porque todavía no están convencidos de que sea totalmente inocuo, así que siguen calentando el vaso de leche a la manera tradicional. Tanto en un caso como en otro, nos estamos perdiendo un montón de ventajas en nuestra cocina.
Aunque suene raro, aparte de calentar, también es posible cocinar con el microondas y realizar un gran número de elaboraciones de manera mucho más rápida que la tradicional, desde una salsa de tomate hasta un bizcocho delicioso (de zanahoria o de chocolate). Evidentemente, no se puede hacer todo, pero sí lo suficiente para facilitarnos gran parte de nuestro día a día en la cocina. Antes de explicar cómo y dar algunos consejos para potenciar el uso del microondas, voy a tratar de explicar cómo funciona para los todavía escépticos.
¿Cómo funciona el microondas?
El microondas genera un tipo de ondas que inciden en las moléculas de agua que forman parte de los alimentos y las hacen vibrar. La fricción que se produce entre ellas genera calor. De esta manera, el único efecto del microondas es el calentamiento del alimento; ni modifica su composición (salvo por la reducción de moléculas de agua al evaporarse estas por el calor), ni los «muta» ni les modifica el ADN. Y, menos aún, a nosotros, pues las ondas generadas por el microondas quedan atrapadas en su interior y no pueden salir al exterior.
Aspectos importantes al cocinar con microondas.
Para sacarle todo el partido al microondas y evitar situaciones que pueden hacer que lo odiemos, hay que tener en cuenta algunos puntos:
1. Capacidad de penetración: variación de temperatura entre el interior y el exterior de un mismo alimento.
Las microondas pueden penetrar en los alimentos de 2 a 4 centímetros. Por eso, muchas veces, cuando calentamos un alimento, la parte más interior puede seguir fría mientras que el exterior puede llegar a hervir. Por ejemplo, puede ocurrir que al intentar descongelar una pechuga de pollo en el microondas, se cueza por fuera y por dentro permanezca aún congelada. Para evitar esto, lo mejor es trocear el alimento en la medida de lo posible, de forma que las ondas puedan llegar hasta el centro de cada pedazo. En otros casos, lo ideal es calentar durante un cierto tiempo, parar el microondas para revolver el alimento y que el calor se reparta, y reanudar el calentamiento, repitiendo esta operación una o más veces.
2. Incidencia de las ondas: colocar los alimentos en la periferia.
Las ondas del microondas inciden mucho más en la parte exterior del plato giratorio que en su zona central. Si pruebas a meter dos vasos de agua, uno en la zona más externa del plato y otro en el centro del mismo, y pones en marcha el microondas, verás a través de la «ventana» que el vaso que está más en el exterior empieza a hervir antes que el central. Así pues, colocad los vasos o tazas con el líquido que queráis calentar en la zona periférica del plato giratorio. Ahorraréis tiempo y energía.
3. ¿El microondas calienta también el plato?
Cuidado al tocar el recipiente que contiene el alimento calentado. Muchas veces este también está caliente, incluso puede que más que el propio alimento. En este caso, hay que aclarar que el microondas no ha calentado el plato, pero sí los alimentos que están sobre él, transfiriéndose el calor de estos al recipiente por un fenómeno de conducción ajeno totalmente a las ondas del microondas.
4. El «periodo de descanso»: ¡cuidado con probar la comida antes de tiempo!
Otra situación típica es la de quemarnos la boca al probar el alimento tras sacarlo del microondas o poco tiempo después. Hay que tener en cuenta que, cuando sacas el recipiente del microondas, las partículas de agua siguen vibrando incluso después de un rato de recibir las ondas; es lo que se denomina «periodo de descanso». Esto significa que los alimentos siguen cocinándose aunque ya no reciban ondas. Simplemente hay que tener un poco de cuidado al probar.
5. Potencia (I): elegir la correcta.
También puede resultar lioso el uso del microondas cuando una receta nos exige una potencia concreta durante un tiempo determinado. Si nuestro microondas no tiene esa potencia o no sabemos seleccionarla, puede que cocinemos el alimento incorrectamente, ya sea por exceso o por defecto, pues tampoco sabremos cómo adaptar el tiempo de cocinado a la potencia del microondas.
Si nuestro microondas es digital, seguramente nos permitirá escoger la potencia de manera directa mediante números.
En el caso de que sea analógico, dispondremos de un selector de potencias no tan intuitivo y en el que no se nos indicará el número de watios al que trabaja en cada posición; sin embargo, también en este caso es muy fácil la solución: supongamos que nuestro microondas tiene 800 W de potencia y el selector tiene 5 opciones. Solo hay que dividir 800 entre 5, resultando 160 W. Esto significa que si seleccionamos la potencia mínima, el microondas nos estará dando 160 W; la posición 2 serían 2×160 W (320 W); la posición 3, 480 W; la 4, 640 W; y la posición más alta nos daría la potencia máxima, es decir, 800 W.
6. Potencia (II): el tiempo adecuado.
Pero, más allá de esta explicación, una mayor o menor potencia no significa que el microondas caliente más o menos, sino que lo que varía es el periodo de tiempo que está emitiendo ondas. Podemos hacer la prueba poniendo al máximo el microondas; en esta posición, se supone que está emitiendo ondas de manera continua durante todo el periodo de funcionamiento. Pero si lo ponemos al mínimo, notaremos que durante el funcionamiento se producen diferentes tonos, uno cuando está emitiendo ondas y otro cuando está en periodo de «descanso» o «reposo». Como referencia, podemos considerar que 1 minuto de microondas a unos 800-1000 W equivale a 6-8 minutos de cocinado de forma tradicional.
Ahora que conoces las «tripas» del microondas, ya nos podemos poner manos a la obra y usarlo como una herramienta para elaborar platos deliciosos.
Ventajas de cocinar con el microondas y cómo calentar adecuadamente.
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Gracias por esta aportación, yo soy de las que tampoco se atreve a cocinar en el microondas.
Espero una receta elaborada con el microondas.
Tiene buena pinta tu blog, sigue así.
Muchas gracias, Carmen. En nada publicaré una receta especial para el microondas. Va a ser muy dulce 🙂 .
Espero que te guste y que te animes a usar cada vez más esta herramienta tan útil que nos puede ahorrar mucho trabajo y tiempo.
¡Un saludo!
Gracias por la explicacion.Me quedo mas tranquila…no me gusta el microondas.
Muchas gracias, Pepi. Me alegra saber que te ha ayudado a ser un poco menos escéptica. Espero que pronto te animes a cocinar con microondas.
¡Un saludo!
Muy interesante. Para cuándo alguna receta más o menos compleja en la que se use el microondas como instrumento principal?
Hola, Sara.
Me alegro de que sea de tu interés. En breve publicaré nuevas entradas de recetas en las que el microondas será un elemento clave que nos permitirá ahorrar tiempo y dinero.
Muchas gracias. ¡Un saludo!