En una entrada anterior (Lo imprescindible para cocinar: el microondas), vimos una pequeña explicación del funcionamiento del microondas y algunos consejos a tener en cuenta a la hora de cocinar con él. Hoy vamos a ver qué ventajas presenta cocinar con el microondas y también cómo usarlo adecuadamente para calentar.
Ventajas de cocinar con el microondas.
Sí, habéis leído bien: es posible cocinar con el microondas y realizar un gran número de elaboraciones. Ya hemos visto algunos ejemplos (bizcocho de zanahoria y bizcocho de chocolate) y veremos muchos más (salsa de tomate, ensaladilla…).
Evidentemente, no se puede hacer todo, pero sí lo suficiente para facilitarnos gran parte de nuestro día a día en la cocina. Y no solo eso, sino que, al hacerlo, disfrutaremos de todas las ventajas que aporta cocinar con el microondas frente a usar formas «tradicionales»:
- las altas temperaturas durante un tiempo prologando destruyen los nutrientes de los alimentos. En el microondas, al cocinarse más rápido y a una menor temperatura que en el fogón o la placa, la destrucción de nutrientes es mínima.
- No es necesario añadir agua como medio de cocción, el alimento se cocina con su propio contenido en agua. Esto favorece aún más que el alimento cocinado en el microondas tenga un contenido nutritivo muy superior al que se cocina de forma tradicional, donde se pierden nutrientes por disolución en el agua de cocción.
- Tampoco es necesario añadir grasas (aceites) para cocinar, por lo que el plato es menos calórico.
- De igual forma que los nutrientes no se disuelven, tampoco los sabores, por lo que el resultado es un plato más potente en sabor.
- Por ello, no es necesario añadir tanta sal a la comida, con lo que el plato es todavía más sano.
- Además de mantener el sabor original del alimento cocinado, también se mantiene el resto de sus propiedades organolépticas: se mantienen su textura, su olor, su color… El alimento es más apetecible.
- Al no haber evaporación de agua, la limpieza en el cocinado es mucho mayor.
- Se cocina más rápido (1 minuto de microondas equivale a 8 minutos de cocción tradicional), con el consiguiente ahorro de tiempo, que podemos dedicar a otras elaboraciones o, simplemente, a otras cosas.
- Más rápido también significa un ahorro en el consumo de energía.
En definitiva, más nutritivo, más sano, menos calórico, más apetecible, más potente en sabor, más rápido, con un gran ahorro de tiempo y de dinero… ¡Lo tiene todo para ser una herramienta imprescindible para cocinar! Y es muy fácil de usar si entendemos su funcionamiento y tenemos en cuenta los sencillos consejos que os di en su día (Lo imprescindible para cocinar: el microondas).
Pero hoy quiero completar esa entrada hablando no solo de las ventajas de cocinar con el microondas, sino también dando unos consejos para usar adecuadamente la principal función a la que la mayoría destinamos esta herramienta: calentar.
Calentar con el microondas también tiene ventajas, pero hacerlo adecuadamente no es tan simple.
Calentar un plato de comida puede parecer tan simple como meterlo en el microondas y darle unos minutos a máxima potencia. Pero no es así: también tiene sus «trucos» para que el calentamiento sea óptimo y no afecte negativamente al alimento. Así que voy a compartir con vosotros todo lo que he aprendido al respecto para que podáis sacarle el máximo partido al microondas, también calentando.
En primer lugar, «calentar» la comida es un término que usamos a la ligera. Sí puede utilizarse cuando simplemente vamos a calentar una taza de leche o «recalentar» algo que ya estaba templado. Pero si lo que queremos es calentar un alimento cocinado desde hace tiempo y congelado o refrigerado, en lugar de «calentar» deberíamos hablar de «regenerar» la comida, ya que los cambios que queremos conseguir no se limitan a un aumento de la temperatura, sino que debemos «recuperar»el alimento para poder ingerirlo en unas condiciones organolépticas y nutritivas ideales.
Muchas veces, nos tomamos estas cuestiones a la ligera, aunque son muy importantes y tenemos que conocerlas bien para poder usar perfectamente el microondas y sacarle el máximo provecho.
El principal error al calentar: hacerlo a máxima potencia.
Lo que solemos hacer cuando queremos consumir un alimento ya cocinado y frío es calentarlo en el fogón o la placa a máxima potencia para que se caliente rápidamente, o, si usamos el microondas, ponerlo a máxima potencia durante un tiempo habitualmente excesivo, tapando el plato con la mítica campana de plástico (que yo también tengo) para que no salpique.
¿Cuántas veces hemos calentado el plato de lentejas en un cazo y se nos han pegado en el fondo? ¿Y cuántas veces hemos intentado evitarlo estando permanentemente pegados al cazo y removiendo sin parar, siendo el resultado igual de malo porque han perdido agua y se han espesado demasiado? En mi caso, al menos, los resultados han sido malos muchas veces.
Y si usamos el microondas de la forma habitual, el resultado tampoco es mucho mejor. ¿Cuántas veces hemos sacado el plato con el alimento quemando por algunas zonas y completamente frío por otras? Y lo tenemos que volver a calentar unos minutos más, pero las lentejas acaban con el borde del plato completamente reseco o, incluso, quemado, y la campana de plástico llena de restos de lentejas «explosivas» y de agua caliente que acaba cayendo sobre el alimento, sobre nuestra pobre mano o en el interior del microondas (eso si nos hemos acordado de poner la campana, porque si no, el microondas habrá quedado lleno de restos).
El resultado es un plato que organolépticamente ha perdido gran parte de sus cualidades (sabor, textura, vistosidad, aromas…) y, al mismo tiempo, muchos de sus nutrientes han sido dañados.
Entender el microondas para usarlo correctamente.
¿Por qué sucede esto? Como vimos en la entrada Lo imprescindible para cocinar: el microondas, hay que tener en cuenta una serie de aspectos relacionados con el funcionamiento del microondas:
- genera un tipo de ondas que inciden en las moléculas de agua que forman parte de los alimentos y las hacen vibrar. La fricción que se produce entre ellas genera calor, dando como resultado el calentamiento del alimento. Una potencia excesiva hace que el agua se evapore y se deshidraten los alimentos, además de producirse «explosiones» al liberarse el vapor de su interior.
- Las ondas pueden penetrar en los alimentos de 2 a 4 centímetros. Por eso, muchas veces, cuando calentamos un alimento, la parte más interior puede seguir fría mientras que el exterior puede llegar a hervir.
- Las ondas inciden mucho más en la parte exterior del plato giratorio que en su zona central. Por eso se reseca el borde de las lentejas, porque el agua se evapora en exceso en esa zona.
El calentamiento óptimo: en el microondas, pero con «trucos».
Para conseguir calentar un plato de manera adecuada, consiguiendo un alimento en condiciones organolépticas y nutritivas ideales, las claves son el tiempo y la potencia. Y el mejor instrumento para controlar estas dos variables de una manera más precisa es el microondas.
Al programar un calentamiento de 4-5 minutos a potencia media (350 W, aproximadamente), conseguiremos que el plato se vaya calentando progresivamente, evitando todos los problemas anteriores:
- no se habrá evaporado tanta agua, con lo que no habrá resecamiento del plato y todo el alimento seguirá hidratado;
- las cualidades organolépticas del alimento no se habrán deteriorado, manteniendo su sabor, color, textura, aroma…;
- no se habrá producido la destrucción de nutrientes;
- no se habrán producido «explosiones» ni condensaciones de agua, con el consiguiente ahorro en limpieza;
- el tiempo es lo suficientemente prolongado como para que el alimento se caliente por completo, evitando encontrar zonas frías al comer.
Consejos adicionales.
Para asegurar aún más unos buenos resultados, podemos seguir unos consejos adicionales:
- hacer una parada a la mitad del calentamiento para remover el alimento, asegurando que todas sus partes recibirán ondas y repartiendo el calor que ya se acumula en algunas zonas;
- si se desea un alimento muy caliente, se le puede dar un calentamiento final a máxima potencia, pero de no más de 15-20 segundos, porque corremos el riesgo de cometer los errores que estábamos evitando;
- tapar el plato con la campana de plástico, pero, a ser posible, que no tenga orificios; así evitaremos completamente la pérdida de agua del alimento. También podemos utilizar un plato hondo del revés.
- Es mejor calentar los platos de uno en uno, es decir, en cantidades pequeñas; aunque también se pueden calentar varias raciones a la vez en una ensaladera de cristal, por ejemplo, y tapada, aunque tendremos que incrementar el tiempo de calentamiento y hacer varias paradas para remover el alimento.
El resultado de calentar un alimento en el microondas siguiendo estos consejos es un plato como recién cocinado en cuanto a su aspecto y sabor, y sin pérdida de nutrientes.
Como veis, las ventajas de cocinar con el microondas lo convierten en una herramienta fundamental, y con estos consejos sobre cómo usarlo adecuadamente para calentar podréis mejorar vuestra experiencia de uso.
Espero que os guste y que sigáis leyendo mis entradas nuevas y las ya publicadas. Recordad que podéis contactarme a través de los comentarios y suscribiros para recibir puntualmente las nuevas entradas. También podéis seguirme en las redes sociales (Facebook, Twitter y YouTube).

Muy bien !
Gracias, Pepi y Antonio. Espero que os resulte útil. ¡Un abrazo!