Bienvenidos a Cocina Fetén. Hoy quiero compartir con vosotros algunos consejos sobre cómo elegir unos buenos mejillones y cómo cocinarlos fácil y rápidamente, con el mínimo esfuerzo, en el menor tiempo posible y con los mejores resultados.
Fuente de vitaminas y minerales.
Los mejillones aportan una gran cantidad de nutrientes con importantes beneficios para nuestro organismo, siendo una rica fuente de muchas vitaminas y minerales esenciales.
Con solo 74 gramos de mejillones cocidos ya superamos las necesidades diarias de vitamina B12 (esencial para el sistema nervioso, la formación de glóbulos rojos y un crecimiento adecuado), selenio (vital para el correcto funcionamiento del sistema inmunológico y de la glándula tiroides) y manganeso (implicado en la salud ósea y el metabolismo energético).
Los mejillones tienen más ácidos grasos omega-3 que cualquier otro marisco. De hecho, es una de las fuentes más ricas de este ácido graso insaturado, beneficioso para el corazón y la prevención de enfermedades cardiovasculares por sus propiedades antinflamatorias. En una ración de 85 gramos de mejillones cocinados al vapor hay más de 700 mg de ácidos grasos omega-3.
También son muy ricos en sodio (mineral esencial para controlar la presión arterial y el volumen sanguíneo), yodo (mineral beneficioso para la regulación del metabolismo y el correcto funcionamiento de las células), vitamina C (antioxidante natural que previene los daños de la piel) y vitamina A (que contribuye a restaurar los huesos, mantener la salud de las células y reforzar el sistema inmunológico).
Proteína de calidad: mejor que un filete.
Sin embargo, para mí, lo más destacado es que nos aportan proteínas de una calidad excepcional. Tal es así que 10 mejillones cocidos aportan la misma cantidad de proteína que unos 150 gramos de filete de ternera. En cambio, el aporte de grasa es muy inferior, especialmente, de grasas saturadas (grasas «malas»). 100 gramos de mejillones tienen solo unas 70 kilocalorías y menos de 2 gramos de grasa.
Por tanto, son un buen aliado de aquellos que no comen demasiada carne, sea por gusto o por salud.
¿Cuándo comprarlos? Mitos.
Es general la creencia de que solo se puede consumir mejillones en los meses cuyo nombre contenga la letra «r». No voy a entrar en si esto era cierto o no antiguamente.
Lo que sí es cierto es que hoy en día podemos consumir mejillones durante todo el año. Los mejillones se cultivan en «huertas» bajo el mar, mediante una red a la que se «engancha» la cría de mejillón y que se sumerge hasta que alcanza el tamaño ideal de maduración, igual que se hace con las verduras y hortalizas. Gracias a esto, podemos disfrutar de ellos durante todo el año. Además, nos proporciona un marisco mucho más limpio, lo que nos facilitará las tareas de limpieza en casa.
Consejos de pescadero a la hora de comprarlos.
Ahora os voy a comentar algunos sencillos consejos de mi etapa de pescadero para hacer una buena elección a la hora de adquirir mejillones.
A granel mejor que en malla.
Actualmente, los mejillones suelen venir en mallas de 1 o 2 kilos. Sin embargo, algunas pescaderías las abren para venderlos a granel y que podamos adquirir la cantidad que queramos. En este caso, suelen subir algo el precio, aunque es solo unos céntimos y puede merecer la pena pagar ese poco más. Las razones son varias.
Por un lado, comprarlos a granel nos permite pedirle al pescadero que seleccione aquellos que pesen más. Muchas veces, cuando adquirimos mejillones, buscamos los de concha más grande, pensando que el mejillón va a ser también grande. Pero no tiene por qué ser así y en ocasiones nos encontramos con sorpresas cuando los abrimos ya en casa. La única guía que tenemos para llevarnos a casa unos mejillones de buen tamaño es su peso. Así que no dudéis en comprar a granel y buscar un pescadero de confianza que os escoja mejillones con un buen peso.
Otra razón para comprarlos a granel es que muchas veces vienen con la concha rota y es posible que el mejillón esté muerto y haya que desecharlo una vez en casa, algo que no podemos prever cuando compramos una malla completa.
¿Frescos? Atención a la etiqueta.
Por otro lado, hay que tener en cuenta el frescor del producto. Si una malla de mejillones no se vende en el día, se vuelve a guardar y se saca a la venta al día siguiente, pudiendo permanecer aproximadamente 3 días en tienda si no se vende. Solo hay que fijarse en que no estén secos y que las valvas no estén abiertas o empezando a abrirse, síntomas de que el mejillón ya no está tan fresco. En tal caso, no dudéis en pedir que os den u os abran otra malla con mejor aspecto.
También hay que fijarse en el etiquetado de la malla y ver su fecha de recolección y de caducidad. Si su vencimiento es pronto, descartadlos inmediatamente, ya que han estado expuestos en un mostrador, resecándose con el aire acondicionado, la calefacción o simplemente al aire, y, en definitiva, estropeándose. Otra recomendación en este sentido es comprarlos a primeras horas de la mañana, ya que acabarán de salir de la cámara de refrigeración.
En algunos supermercados también podemos encontrar mejillones vivos envasados al vacío. En este caso, no son tan frescos, pero al estar envasados al vacío y, en ocasiones, en su propio jugo, mantienen todas sus propiedades. Además, han estado permanentemente refrigerados y nunca han salido de la nevera, algo que no ocurre con las mallas que se exponen en la pescadería. Todo ello hace que puedan conservarse por más tiempo y consumirse con confianza siempre que se cocinen antes de la fecha de caducidad indicada en el envase.
¿Cómo conservarlos una vez en casa?
Una vez que ya tenemos la compra hecha y tenemos en casa unos mejillones grandes y frescos, mi consejo es cocinarlos lo antes posible, al menos, en el mismo día en que los hemos comprado, aunque no los vayamos a consumir en ese momento. Esto en el caso de mejillones frescos de malla o a granel. En el caso de mejillones envasados al vacío, con consumirlos o cocinarlos antes de su fecha de caducidad es suficiente, aunque cocinarlos cuanto antes es lo más recomendable.
Es preferible cocinarlos al momento (pudiendo consumirlos más tarde) que cocinarlos más tarde y consumirlos inmediatamente. De esta forma, disfrutamos de todas las ventajas de un producto fresco y evitamos su posible deterioro.
Mi práctica habitual es cocinarlos al vapor (siguiendo las instrucciones que os indicaré a continuación) nada más llegar a casa de la compra, quitarles la concha, guardar la carne en un recipiente que pueda tapar y, con el líquido que obtengo de la cocción, cubrirlos. De esta manera, los podemos conservar en la nevera durante varios días. También los podemos congelar de la misma manera si es que vamos a tardar un poco en consumirlos o utilizarlos para alguna elaboración.
¿Cómo limpiarlos?
Actualmente, los mejillones vienen mucho más limpios que antes, ya que en su mayoría son de cultivo. Sin embargo, todavía podemos encontrarnos con mejillones que portan una gran cantidad de incrustaciones, lo que puede convertir su limpieza en un calvario.
En cualquiera de los casos, vengan más o menos limpios, mi recomendación es lavarlos bien bajo el chorro de agua, siempre fría, y quitar con un cuchillo solo las incrustaciones más fáciles de limpiar. Normalmente no vamos a utilizar las valvas (la concha) y las podemos desechar una vez abiertos los mejillones, por lo que no nos importa tanto su aspecto y simplemente quitamos la suciedad más importante. Eso sí, si queremos utilizar la concha, entonces tendremos que esforzarnos más. En este caso, un estropajo de metal es una ayuda considerable.
En cuanto al biso (los pelillos con los que el mejillón se agarra a las rocas o a la red de cultivo), yo no se lo quito por dos razones: primero, porque hacemos un esfuerzo innecesario, a veces, infructuoso; y segundo, porque, al tirar, podemos llevarnos parte del mejillón. Lo mejor es hacer que el mejillón se abra al vapor y luego ya podemos retirar el biso fácilmente y sin perder nada de su valiosa carne.
¿Cómo cocinarlos rápida y fácilmente?
Pero ¿cuál es la mejor forma de cocer los mejillones? No sé cuál es la mejor, pero sí sé cuál es más rápida y fácil y la que nos permite obtener unos mejores resultados: al vapor en el microondas. Las razones son varias:
– Es más limpio: ensuciamos menos, al no generar vapor.
– Es más rápido: solo son necesarios 5 minutos de cocción a 800 vatios por cada 500 gramos de mejillones. Es decir, en 10 minutos tenemos 1 kilo de mejillones perfectamente cocidos.
– Es más fácil: no hay que estar pendiente del fogón, simplemente programar y esperar.
– Es más respetuoso con el producto: se potencian los sabores, y la textura del mejillón queda realmente bien, y sin tener que añadir ningún ingrediente ni líquido adicional.
– Al cocinarse en su propio jugo, sin añadir agua, conseguimos unlíquido concentrado que podemos utilizar para dar un sabor a mar a muchísimas elaboraciones, como arroces, guisos, sopas…
¿Y qué necesitamos para cocinarlos? Solo un recipiente de cristal lo más amplio posible y que se pueda tapar con su tapa o con un plato.
A continuación os dejo la receta paso a paso para mayor comodidad. Una vez cocidos, y como os decía antes, les quito la concha y el biso, guardo la carne en un recipiente que pueda tapar y los cubro con el líquido que obtengo de la cocción, guardándolos en la nevera hasta que los consuma o los utilice.
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Cocer mejillones al vapor en el microondas: rápido y fácil
Ingredientes:
- 500 gramos de mejillones frescos
Elaboración:
- Lavar bien las valvas (concha) bajo el chorro de agua, siempre fría, y quitar con un cuchillo solo las incrustaciones más fáciles de limpiar. Normalmente no se utilizan las valvas y se pueden desechar una vez abiertos los mejillones, por lo que no importa tanto su aspecto y es suficiente con quitar solo la suciedad más importante. Si se quiere utilizar la concha, entonces habrá que esforzarse más. En este caso, un estropajo de metal es una ayuda considerable.
- Colocar los mejillones en un recipiente de cristal amplio, sin amontonarlos, para que las microondas puedan llegar a todos por igual.
- Tapar el recipiente con su tapa o con un plato e introducirlo en el microondas a 800 vatios durante 5 minutos. Una vez finalizados, sacar y destapar con cuidado de no quemarse con el vapor.Si algún mejillón estuviera cerrado todavía, separarlo de los abiertos e introducirlo de nuevo unos 30 segundos más a la misma potencia.Hay que tener cuidado de no pasarse con la cocción, porque quedarían resecos y arrugados.
- Pasar los mejillones a otro recipiente y eliminar el biso (pelitos) de su interior con las manos bien limpias. Al estar cocidos, simplemente con tirar un poco se soltará fácilmente de la carne del mejillón.
- Si se van a congelar los mejillones ya cocinados para usarlos en otro momento o simplemente no interesan las valvas, retirarlas. Si se va a realizar alguna elaboración que requiera el uso de las conchas, será necesario haberlas limpiado bien y, una vez cocidos los mejillones, retirar solo la valva que no se necesite.
- Con un colador de malla fina, colar el caldo obtenido para eliminar las posibles impurezas, y conservar los mejillones cubiertos con este agua en un recipiente bien tapado hasta el momento de su consumo.
Notas:

Muchas gracias por tus consejos, Rubén!!!
La verdad es que apetece ponerse manos a la obra cada vez que veo tus vídeos
Eres un excelente profesor
¡¡Muchísimas gracias, Belén!! Así da gusto seguir haciendo nuevas entradas y vídeos. Me alegro mucho de que te gusten y ojalá te sirvan para hacerte la vida más fácil en la cocina, que es el objetivo.
¡Gracias de nuevo por el comentario! Un abrazo.